Virabhadrasana o Postura del Guerrero



Virabhadrasana o Postura del Guerrero

Virabhadra: nombre del guerrero que envió Shiva a matar a Daksha para vengarse de la muerte de su amada, según la mitología hindú.
Asana: Postura

La Historia del Guerrero Virabhadra

En los reinos celestiales vivía Shiva, el Dios destructor y Sati la fuerza divina, se enamoraron y se unieron en matrimonio. Sati era hija del rey Daksha, quien no estaba contento con el matrimonio de su hija.
Debido a esto, Daksha organizó una fiesta donde invito a todo el reino menos a Shiva y a Sati para mostrarles su descontento. Sati imploró a Shiva que la acompañara a la fiesta pero Shiva se negó así que Sati fue sola. Al llegar su padre empezó a hacer bromas y a ridiculizar a ella y a su esposo. Ella intentó defenderlo pero al ver que su padre nunca cambiaría su opinión ella le dijo: “como tú me diste este cuerpo, ya no quiero estar asociada con el”. Entonces se sentó en el centro de la fiesta y se prendió en llamas liberandose del cuerpo que su padre le había dado. Shiva al enterarse de esto y con el dolor de su perdida se arrancó una rasta de su pelo y creo a un valiente guerrero llamado Virabhadra. Shiva le indico al guerrero que fuera a la fiesta y matara a todos los presentes y al rey Daksha como venganza.

Las acciones que tomo este guerrero aquella noche dan como resultado las posturas que ahora practicamos:

  1. Virabhadra se presenta en la ceremonia, abriéndose paso desde las profundidades de la tierra y empuñando sus espadas con ambas manos (Virabhadrasana I)
  2. Localiza a Daksha y establece su blanco (Virabhadrasana II)
  3. Con un sútil y preciso movimiento, decapita a Dakshna con sus dos espadas (Virabhadrasana III)

Shiva llegó a la fiesta para ver lo que Virabhadra había hecho pero al ver la escena se le rompió el corazón y todo el enfado que sentía se convirtió en tristeza y compasión. Encontró únicamente el cuerpo de Daksha y debido a su remordimiento le puso la cabeza de la primera cabra que pasó y Daksha revivió. El rey se da cuenta de la gentileza de Shiva y se inclina ante él.
En historia Shiva representa al Ser Puro, Sati al corazón y Daksha al ego. De esta manera podemos decir que el Ser Puro destruye al ego y pone primero al corazón, sin embargo a través de la compasión el Ser Puro perdona al ego pero recuerda siempre la esencia del corazón.
El verdadero enemigo de Virabhadra es el ego, y este lo destruye para salvar al Ser.
Cuando practiques tus posturas del guerrero recuerda que estas destruyendo tu ego. Encuentra la fortaleza y valentía de Virabadhra para sostener la postura y para tomar esas cualidades dentro de tu practica y mas importante en tu vida diaria
Cuando practicamos alguna de estas tres versiones de Virabhadrasana, cultivamos la mente del guerrero que tiene una visión de 360º. El guerrero, que está preparado para la lucha, controla todo a su alrededor, con su atención permanente, no solo en lo que está delante de él sino también en lo que sucede en la periferia.  Con su mirada externa e interna no solo ve el horizonte, sino que también siente y percibe de reojo lo que sucede en todo su contorno.
Esto se traduce fácilmente en la postura ya que nuestra atención no solo debe estar en lo que vemos con los ojos de la cara, como el brazo y la pierna delanteros, sino también en lo que sucede en la parte de atrás y expandirse en todas las direcciones y acciones que configuran el asana porque si no el alineamiento se pierde y la postura deja de irradiar presencia y firmeza.
Del mismo modo Virabhdra nos enseña a mantener el equilibrio y la estabilidad interna y externamente en las condiciones más adversas. Así que si podemos imaginarnos como un guerrero valiente destinado a cumplir nuestra misión quizá descubramos una nueva forma de expresar nuestra fortaleza interna en las posturas que practicamos, además de la fuerza y determinación necesarias para enfrentarnos a los altibajos de la vida. 

Virabhadrasana I Paso a Paso:

  • Sitúate de pie sobre tu Mat, recta/o, y estira la espalda. Realiza un ciclo de respiración 5-10-10 (inspirar-aguantar-expulsar).
  • Separa los pies alrededor de  seis centímetros más o menos, eleva los brazos y estíralos. Tienen que quedar los brazos en vertical.
  • Da un gran paso al frente con la pierna derecha, dejando quieta la izquierda, e inclínate sobre la derecha, que formará un ángulo cercano a los 90 grados. Comprueba que la rodilla está encima del tobillo.
  • La pierna izquierda está en tensión y con la derecha se soporta el peso. Es normal no tener totalmente apoyada sobre el Mat la planta del pie que queda atrasado, puede quedarse en punta o apoyado en 45 grados toda la superficie del pie.
  • Mantén la espalda recta con los brazos en alto. 10 segundos así y vuelve a la posición original.

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